Las niñas y niños menores de tres años no pueden asimilar tareas impartidas por programas televisivos sin la ayuda de una persona adulta. Ésta es la principal conclusión a la que ha llegado un equipo de investigadores de la Universidad de Massachusetts (EE UU) después de analizar el efecto de la televisión en las interacciones de padres y madres con los niños. En la investigación, que aparece en el último número de la revista Child Development, se especifica que las personas adultas dedican a los niños un 20% menos de su tiempo si la televisión está encendida. Y es que la exposición a la televisión no es inocua.