Investigadores de la Universidad de Birmingham han realizado un estudio que demuestra que la estimulación cerebral profunda puede ser eficaz para tratar el síndrome de Tourette, según publica Neurology. Este trastorno neurológico se caracteriza porque el enfermo realiza movimientos incontrolados y tics, y suele estar asociado a otras dolencias como el trastorno obsesivo compulsivo (TOC), depresión, ansiedad o trastorno por déficit de atención.
El estudio se practicó en 15 pacientes con un síndrome de Tourette avanzado y TOC que seguían presentando síntomas a pesar de la medicación y otros tratamientos. Durante dos años se les aplicó una estimulación cerebral profunda, que supone el implante de un marcapasos cerebral que envía impulsos eléctricos a algunas partes del cerebro. Tras el tratamiento, los participantes experimentaron un 52% de reducción de los tics de media y entre un 26 y un 33% de mejora en los síntomas de TOC, depresión y ansiedad. Sin embargo, la estimulación no tuvo efectos significativos en las habilidades cognitivas.