Un 29% de los estudios clínicos sobre cáncer tiene conflictos de interés evidentes, por sus vínculos con la industria farmacéutica y médica. Ésta es la conclusión de un análisis de más de 1.500 estudios oncológicos publicados en ocho prestigiosas revistas médicas y realizado por investigadores de la Universidad de Michigan (EE UU). El estudio, que se publica hoy en la revista Cancer, indica que estos conflictos de interés pueden llevar a que los investigadores presenten resultados parciales que beneficien a las empresas privadas que les financian.
En un contexto en el que los fondos públicos para la investigación escasean, los investigadores tienen que recurrir muchas veces a la industria farmacéutica y médica en busca de financiación. Asimismo, algunos científicos reciben pagos como consultores, o tienen acciones y puestos en empresas que se benefician de vender los mismos productos que están investigando. Esta compleja red de vínculos suscita una gran preocupación, ya que se duda de la eficacia de muchos estudios a la hora de hacer una evaluación rigurosa de las terapias médicas.
Los autores del análisis lo advierten: "Nos encontramos ante un problema al que hay que prestar más atención". Por ello instan a las revistas científicas a endurecer su escrutinio "ante los posibles conflictos de interés de los artículos que reciben para su publicación".