Un equipo de astrónomos liderado por Darach Watson de la Universidad de Copenhague (Dinamarca) ha utilizado el Very Large Telescope del Observatorio Europeo Austral (ESO) y el Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA) para observar una de las galaxias más remota y más joven jamás encontrada. Se sorprendieron al descubrir un sistema mucho más evolucionado de lo esperado, ya que tenía una fracción de polvo similar a una galaxia como la Vía Láctea, mucho más evolucionada. Este polvo es vital para la vida, ya que ayuda en la formación de planetas, moléculas complejas y estrellas normales.
El objeto se llama A1689-zD1. Podemos verlo gracias a que una lente gravitatoria (en forma del espectacular cúmulo de galaxias Abell 1689 localizado entre la joven galaxia y la Tierra) amplifica su brillo más de nueve veces. Sin este fenómeno gravitacional, el resplandor de esta lejana galaxia habría sido demasiado débil para detectarlo.
En esta vista desde el telescopio espacial Hubble (NASA-ESA) se muestra ese rico cúmulo de galaxias Abell 1689. La enorme concentración de masa dobla la luz procedente de objetos más distantes y puede aumentar su brillo total aparente, haciéndolos visibles. Señalado con un recuadro, se observa uno de estos objetos: A1689-zD1, apenas es visible aquí. Los nuevos datos han revelado que es una galaxia polvorienta vista cuando el universo tenía tan sólo 700 millones de años. Se trata de la primera detección de polvo en un remoto sistema de formación estelar de este tipo, una prometedora evidencia para explicar la rápida evolución de las galaxias después del Big Bang.