Un pequeño porcentaje de los pacientes que se realizan numerosas pruebas de tomografía axial computarizada (TAC) puede ver cómo se incrementa su riesgo de sufrir un cáncer. Así lo muestra un estudio que se publica en Radiology, que examinó a 31.462 adultos, pacientes de dos centros hospitalarios de EE UU. De ellos, un 33% se había realizado cinco o más escáneres TAC, un 5%, más de 22 pruebas, y un 1%, más de 38.
“Descubrimos que mientras que la mayoría de pacientes acumula un pequeño riesgo de cáncer, un 7% de los pacientes del estudio se expusieron a una cantidad de TAC que incrementó el riesgo de cáncer en un 1% o más por encima de los niveles iniciales”, señaló Aaron Sodickson, investigador del Center for Evidence-Based Imaging de Boston. Para evitar este incremento, los investigadores han desarrollado “una serie de técnicas que pueden servir para identificar a aquellos pacientes que tienen un riesgo más alto”.