Miles de albinos africanos se enfrentan día a día a una realidad marcada por falsas creencias, que atribuyen propiedades mágicas a sus cuerpos y provoca decenas de homicidios y mutilaciones. Pero su verdadero asesino es el sol, ya que la falta de melanina hace que casi todos acaben desarrollando cáncer de piel. La farmacéutica gallega Mafalda Soto dirige en la ciudad de Moshi, al pie del Kilimanjaro, un laboratorio que fabrica y distribuye gratuitamente una crema fotoprotectora entre los albinos del norte de Tanzania.