Después de realizar dos perforaciones en las entrañas de Rio Tinto en 2011 y dejar pasar un año para que se asentaran, ingenieros y científicos del Centro de Astrobiología (INTA–CSIC) han colocado esta semana sensores en los pozos. El objetivo es monitorizar en tiempo real todos los parámetros fisicoquímicos de las perforaciones y la transmisión de la actividad metabólica del subsuelo por control remoto. Comienza así la segunda fase del proyecto Iberian Pyritic Belt Subsurface Life Detection, IPBSL.