Gerobatrachus hottoni. Así se llama el fósil que ha resuelto el debate sobre la época en que ranas y salamandras se separaron en su evolución. Científicos de la Universidad de Calgary examinaron detalladamente el fósil de este anfibio primitivo, cuyo cráneo, columna vertebral y dientes tienen una mezcla de rasgos de la rana y la salamandra. Su examen ha permitido fechar el momento en que ranas y salamandras, que descienden de un grupo anfibio llamado temnospondyls, partieron sus caminos evolutivos: hace unos 240 y 275 millones de años, mucho antes de lo que hasta ahora se pensaba.
El Gerobatrachus fue descubierto en Texas en 1995 por un equipo de la Smithsonian Institution. Sin embargo, no fue estudiado hasta que el equipo de Jason Anderson, de la Universidad de Calgary, se dedicó a limpiar el fósil para poder examinar su esqueleto. El informe se publica esta semana en Nature.