Las personas que viven cerca de las instalaciones nucleares españolas han recibido una radiación estimada que está “muy por debajo de los niveles que podrían afectar a la salud”, y tampoco se ha detectado un aumento de la mortalidad por cáncer asociada al funcionamiento de estas instalaciones. Éstas son las conclusiones de un estudio epidemiológico presentado hoy en Madrid por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII).