Hoy, 13 de agosto, la sonda Rosetta de la Agencia Espacial Europea, en su persecución al cometa 67P, lo acompaña en el momento de su perihelio, el punto de su órbita más próximo al Sol.
Cuando la nave se colocó en la órbita de 67P el 6 de agosto de 2014, el cometa se encontraba a 540 millones de kilómetros del Sol. Esta distancia se ha ido reduciendo hasta encontrarse ahora a 186 millones de kilómetros de nuestra estrella.
Al acercarse al Sol, el cometa aumenta su actividad debido al aumento de la temperatura. Los hielos se calientan, se evaporan (subliman) y arrastran consigo los granos de polvo, que al quedar libres reflejan la luz solar y dan lugar a la coma (la mancha difusa central que envuelve al núcleo) y las colas. Toda esta actividad está siendo registrada por Rosetta.