700 estrellas en formación en el interior de una nube de polvo han podido ser observadas por primera vez gracias a una imagen obtenida por el telescopio Herschel, que lleva sólo dos meses en activo. La gran sensibilidad y la capacidad para captar mayores longitudes de onda en infrarrojo del telescopio han permitido revelar el interior de una nube negra que se encuentra en la constelación del Águila, a mil años luz. Gracias a esta nueva tecnología, el telescopio va a permitir observar millones de galaxias que hasta ahora permanecían ocultas.
Incrustadas en los filamentos de polvo de Águila se encuentran 700 condensaciones de polvo y gas que se acabarán convirtiendo en estrellas. Los astrónomos calculan que alrededor de cien son proto estrellas, objetos celestes en las últimas etapas de formación.