En esta foto del cráneo de un humano moderno y de un neandertal frente a frente, ¿echan en falta algo? Existe una característica que los primates, neandertales y humanos arcaicos no tienen: la barbilla.
Un grupo de científicos, liderados por Nathan Holton de la Universidad de Iowa (EE UU), plantea que las barbillas de los humanos modernos no provienen de la evolución de fuerzas mecánicas –como la masticación–, sino que son el resultado de una adaptación que involucra el tamaño y la forma de la cara, posiblemente vinculada a cambios en hormonales a medida que el ser humano se volvió más social.