Mitad máquina, mitad organismo. El pequeño robot creado por Gilberto Esparza tiene un cuerpo formado por microorganismos y vegetales que se alimentan con agua. En el entorno del río Santiago de Jalisco (México), vemos a esta planta nómada tomar agua residual de esta agua contaminadas para descomponer sus elementos, alimentar su interior y suplirse de energía. La muestra Plantas nómadas, compuesta del robot, imágenes y un vídeo en el que se ve a la máquina en acción, se exhibe en el centro de arte LABoral de Gijón hasta el 24 de mayo.
Metáfora sobre la obsesión humana por someter la naturaleza, la instalación de Esparza hace una crítica que combina sentido del humor con un imaginario próximo a la ciencia ficción. Frente a las dicotomías que enfrentan naturaleza y tecnología, Esparza crea un híbrido irónico que refleja la estrecha relación entre ambas.