El descubrimiento de plantas con flores carnívoras en el registro fósil es de una rareza extrema. Tan solo se conoce una excepción, el hallazgo de la planta acuática extinta Aldrovanda, descrita en 1753 por el naturalista y botánico sueco Carlos Linneo.
Un equipo de científicos de diferentes centros alemanes, liderados por la Universidad de Göttingen, ha publicado en el último número de la revista PNAS un nuevo ejemplar fósil de una especie desconocida hasta el momento de planta carnívora.
Se trata en concreto de dos ejemplares fósiles de hojas de plantas angiospermas aparentemente carnívoras, extraídas de una mina cerca de Kaliningrado, Rusia. Según los investigadores, se parece bastante por sus hojas al género Roridula, endémico del suroeste de Ciudad del Cabo (Sudáfrica). Esta plantas tienen hojas pegajosas con glándulas productoras de resina y atrapan a los insectos de esta forma.
Debido a las similitudes morfológicas de los fósiles a la estirpe moderna de Roridulaceae, los autores sugieren que los fósiles podrían ser los primeros miembros de esta familia.
Tal interpretación pone en entredicho suposiciones acerca de la historia biogeográfica del linaje, que se remontaba a hace unos 90 millones de años. Esta nueva especie carnívora tendría entre 35 y 47 millones de años –época del Eoceno– y ha permanecido atrapada en un ámbar báltico todo este tiempo.