Científicos de la Universidad Carlos III de Madrid han propuesto una variante del dilema del prisionero que utiliza un sistema de recompensas para favorecer la cooperación entre individuos de una misma población. De esta manera podrían fomentarse comportamientos sociales que normalmente no se darían, como el cumplimiento de los países con el Protocolo de Kyoto o en empresas que quieran incentivar su producción.