Generalmente las nanopartículas de oro son más estables y fáciles de usar que las de plata, más susceptible a la oxidación y a perder el ‘lustre’. Pero ahora, un equipo de investigadores liderados desde la Universidad de Toledo, en Ohio (EE UU), ha desarrollado una técnica sencilla para hacer que las diminutas partículas de plata sean más estables. El método se basa en el control de su estructura electrónica. Los resultados, que publica esta semana la revista Nature, pueden tener aplicación en tecnologías variadas, ya que las nanopartículas de plata se emplean en campos como la fabricación de sensores, métodos de catálisis, transformación energética, la cosmética o la biomedicina.