Un informe realizado por el Hospital General de Massachusetts (EE UU) revela que más de la tercera parte de los médicos estadounidenses no cree que sea su deber comunicar la negligencia o la disminución de la capacidad de sus colegas por una posible toxicomanía o un trastorno psiquiátrico. Muchos de los profesionales tampoco se consideran preparados para abordar este problema de ninguna otra manera.