Técnicos medioambientales de Cabrera (Baleares) han instalado un hidrófono, un micrófono submarino, y colocarán otro próximamente, para estudiar el proceso migratorio del rorcual común (Balaenoptera physalus) a su paso por el archipielago. El objetivo es seguir los movimientos y conocer más acerca de esta especie de cetáceo, el segundo ser vivo más grande del planeta. El dispositivo se sumergió en febrero a 110 metros de profundidad para grabar el sonido de estas ballenas que habitan en distintos puntos del planeta y cuya población en el Mediterráneo se cifra aproximadamente en un cantidad de entre 3.000 y 4.000 ejemplares.