Hace 3.500 millones de años el cráter marciano, por donde ahora se mueve el rover Curiosity de la NASA, estuvo cubierto de glaciares, sobre todo en su montaña central. También discurría agua líquida muy fría por los ríos y lagos de las zonas más bajas, en paisajes parecidos a los que hoy se pueden encontrar en Islandia o Alaska. Así lo refleja un análisis de las imágenes tomadas por las naves que orbitan el planeta rojo. En la imagen, cumbres del monte Aeolis en el cráter Gale, donde se observan morfologias lobulares y lineales generadas por el movimiento de hielo glaciar en el pasado. A la derecha, glaciar Breiðamerkurjökull de Islandia.