Investigadores de la Universidad de Oviedo han demostrado que las hembras y los machos de urogallo cantábrico utilizan el territorio de forma diferenciada. Han utilizado técnicas de espectrometría de masas para analizar las plumas perdidas durante la muda y recogidas en los bosques montanos de la Cordillera Cantábrica, lo que les ha permitido definir la dieta seguida durante la muda.