Un estudio realizado por investigadores de las universidades de Durham, Cambridge y Montpellier afirma que los mandriles hembra escogen, a la hora de aparearse, a machos que tienen una carga genética distinta a la suya. La investigación, que se publica en Journal of Evolutionary Biology, señala que la razón de esta “elección” es poder garantizar una descendencia sana y fuerte.
Aun así, el análisis, que se basó en el estudio de muestras de sangre y patrones reproductivos de unos 200 mandriles de Gabón, no deja claro cómo deducen las hembras que los genes de un determinado macho complementan los suyos. Los investigadores especulan que puede realizarse de dos formas. Una, por medio del olor corporal, que está determinado en parte por los genes. Así, las hembras olfatean a los machos cuyo olor es diferente, lo que les da una indicación sobre su carga genética. Y otra, a través de una fertilización selectiva, por la cual una hembra se aparea con varios machos pero su cuerpo rechaza el esperma de los que tienen una carga genética similar y escoge sólo a aquellos cuyos genes son complementarios.