Investigadores de las universidades de Stanford y California (EE UU) han descubierto que dos de las especies de coral de profundidad (Gerardia sp. y Leiopathes sp) podrían ser más antiguas de lo que se pensaba, con un periodo de vida de más de 4.000 años. Brendan Roark, de la Universidad de Stanford, y su equipo atribuyen la longeva edad de las dos especies a tasas de crecimiento inferiores, que han extraido a partir de medidas de radiocarbón en los ejemplares recogidos en las costas de Hawai.
El análisis sugiere que las dos especies de coral de profundidad tienen un periodo de vida de 2.742 y 4.265 años, respectivamente. Los autores del estudio, que se publica hoy en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), calcularon la edad del esqueleto de los corales y hallaron que éstos crecían mucho más lento de lo que otras técnicas habían demostrado. Los resultados demuestran que L. glaberrima podría ser el organismo marino con esqueleto más antiguo. “La edad tan antigua y el crecimiento lento de estos corales, combinados con altos niveles de biodiversidad alrededor del fondo marino, manifiesta la necesidad de proteger los arrecifes de coral de mayores daños como los causados por las industrias pesqueras”, concluyen los científicos.