Los primeros caballos domésticos (Equus ferus caballus) proceden de la estepa de Eurasia –actual Ucrania y este de Kazajstán–, de donde salieron hace 160.000 años, pero no se amaestraron hasta 100.000 años después en el este oeste de la misma zona. Científicos internacionales han analizado el ADN de 300 individuos para reconstruir la historia demográfica de su antepasado, el caballo salvaje extinto (Equus ferus ferus), y añadir evidencias genéticas a las pruebas arqueológicas que se conocían hasta ahora.