En 1995, conservacionistas estadounidenses introdujeron ocho panteras del Estado de Texas (EE UU) en la población de panteras de Florida (Puma concolor coryi), de tan sólo 20 o 25 individuos endogámicos y poco sanos. Para comprobar el estado actual de esta población, el equipo de investigación, liderado por el Laboratorio de Diversidad Genómica del Instituto Nacional del Cáncer (EE UU) y la Comisión de Florida de Conservación de la Pesca y la Vida Salvaje (EE UU), ha comparado datos genéticos de 591 panteras de Florida recogidos entre 1978 y 2009.
Los resultados, publicados ahora en Science, demuestran que las panteras híbridas de Florida y Texas son mucho menos endogámicas, más diversas genéticamente, y la población se ha triplicado en el sur de Florida. Según Warren E. Johnson, coautor del estudio y científico en el Instituto Nacional del Cáncer, la recuperación de las panteras da “cierta esperanza”, pero aún se enfrentan a la pérdida de hábitat. Las panteras de Florida, también llamadas pumas, cougars, o leones de montaña, son la última subespecie de pantera superviviente en el este de Norteamérica.