La imagen del lobo ibérico ha sido obtenida en una fría tarde de invierno en el límite entre la Comunidad de Madrid y la provincia de Segovia. Aquella tarde, en el ocaso, el lobo ibérico vagaba por un paisaje helado, los reflejos del sol añaden un motivo de abrigo a todos los que transitan por el páramo. Su trote le permite soportar largas caminatas a través de los territorios helados. Antiguo poblador de la Península, luchando por recuperarse en territorios en los que había sido extinguido por la caza y la destrucción de su hábitat. El proyecto educativo intenta seguir los pasos del lobo desde la provincia de Segovia hasta la Comunidad de Madrid, tratando de dar a conocer la forma de vida de uno de nuestros grandes depredadores, y su expansión al sur del Duero.