Un estudio realizado por ecologistas de las universidades de Plymouth y de Stirling (Reino Unido), y de la Universidad de Poitiers (Francia) ha iluminado nuevos aspectos de una relación que fascina a los científicos desde los tiempos de Darwin: la de las plantas con sus polinizadores. Los investigadores han conseguido averiguar por qué abejas y abejorros son fieles a determinadas especies de plantas. La respuesta reside en la calidad del polen que éstas producen, y en su contenido proteínico. Tras el análisis del polen de 23 especies de flores diferentes (13 sólo se polinizan a través de insectos, mientras que las otras 10 también se pueden polinizar solas), descubrieron que las plantas que dependen sólo de insectos para polinizarse producen el polen de mayor calidad, esto es, el que agrupa un 65% más de proteínas.
Según Mick Hanley, de la Universidad de Plymouth, “para las plantas, depender de un pequeño grupo de insectos polinizadores como los abejorros es muy beneficioso, porque asegura una transferencia efectiva del polen. Los abejorros aprenden rápidamente a visitar las flores más gratificantes, ya que proporcionarles un polen rico en proteínas es la mejor forma de asegurarse su fidelidad. Sin embargo, esta relación tiene sus contras, ya que si se extravían los polinizadores, las flores no se pueden reproducir”.