Casi una de cada cinco muertes de niños en el mundo (alrededor de 1,5 millones al año) se debe a la diarrea, una alteración que mata más niños que el SIDA, la malaria y el sarampión juntos. Así lo indica un nuevo informe de UNICEF y la Organización Mundial de la Salud (OMS) que ofrece un plan con siete puntos para conseguir un control exhaustivo sobre la diarrea.