La Agencia Espacial Europea (ESA) ha desarrollado un nuevo adhesivo para fijar el cristal que protege las células solares, y ha expuesto una serie de muestras a condiciones equivalentes a las que se dan el espacio para probar su eficacia.
El test se ha realizado en laboratorios de la ESA situados en los Países Bajos, y ha consistido en simulaciones de hasta 10.000 horas para garantizar el funcionamiento de estas placas solares, que proporcionan a los satélites la energía que necesitan.
Para minimizar los efectos dañinos de la luz solar no filtrada, todas las células solares se protegen con una cubierta muy fina de cristal. Una célula solar expuesta en el espacio sin protección tardaría unos días en degradarse, mientras que una protegida duraría unos 15 años, de ahí la importancia de mantener el cristal bien adherido, señala la ESA.