El sistema inmune también envejece. Y lo hace porque las células que defienden al organismo de infecciones y tumores acumulan “demasiada memoria” y pierden la capacidad de especializarse contra nuevas amenazas. ¿Cómo contrarrestar este proceso, que comienza en torno a los 30 años? Ésta es una de las preguntas sobre las que trabaja la Unidad de Histocompatibilidad del Hospital Universitario Central de Asturias.
Y si el recuerdo puede convertirse en un lastre para los soldados, lo es para el sistema inmune: Cuando éste envejece (inmunosenescencia), lo hace porque casi todos sus linfocitos son de memoria: “Casi todos están comprometidos en respuesta a virus como el Citomegalovirus, que están presentes en todas las personas. Con el paso de los años, el sistema inmune está más comprometido, por lo que se limita su capacidad para responder a nuevas amenazas como infecciones y tumores” explica López Larrea.
Una de las líneas que aborda el Grupo en este campo consiste en intentar “reprogramar” el timo para conseguir que con la edad no deje de producir linfocitos vírgenes. Y un enfoque alternativo en el que están implicados estos investigadores consiste en buscar vías para reprogramar directamente células que componen el sistema inmune. “En todo caso, veremos si podemos recuperar ciertas funciones que las defensas habían perdido, lo que podría tener aplicaciones terapéuticas en el campo de enfermedades autoinmunes, de las enfermedades infecciosas y de la defensa frente a tumores”, indica López Larrea.