Los hongos pueden desempeñar un papel medioambiental muy importante a la hora de combatir la contaminación que provoca el uranio empobrecido. Este metal, altamente tóxico y contaminante, se utiliza en la fabricación de armamento y supone un gran problema en países y zonas que, como Irak o los Balcanes, han sufrido guerras recientes. Un informe elaborado por científicos británicos, y que se publica mañana en Current Biology, ha puesto de relieve la capacidad de “los microorganismos a la hora de transformar los metales y minerales en el medio ambiente”, según Geoffrey Gadd, uno de los autores. Así, los investigadores han descubierto que los hongos pueden colonizar superficies de uranio empobrecido y transformar el metal en minerales, evitando que plantas, animales y microbios absorban esta sustancia.