En contra de las costumbres más conservadoras, hacer ejercicio hasta el final del embarazo no tiene ningún efecto perjudicial en el peso y la talla del feto. Así lo indica un estudio realizado por investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) que muestra, además, la relación positiva del peso de las madres sedentarias antes del embarazo con el tamaño corporal de sus bebés.