Un equipo de investigadores de la Universidad de Duke y del Instituto de Investigación en Primates del Museo Nacional de Kenia ha estudiado a los babuinos del Parque Nacional Amboseli keniata, la mitad de los cuales está infectado de Hepatocystis, un parásito similar al de la malaria. El análisis de muestras de sangre de los animales les ha permitido vincular una variación genética con la emergencia de una resistencia a la malaria en los babuinos salvajes. Así, por primera vez, se vincula un cambio de ADN específico a un rasgo complejo en una población natural de primates no humanos. Los resultados, de los que se da cuenta esta semana en Nature, sugieren que la base genética de los rasgos complejos puede tener paralelismos a lo largo de diferentes especies de primates. Además, el estudio apunta a que la evolución de la resistencia a la malaria en los babuinos salvajes comparte paralelismos mecánicos y evolutivos con esta región genética similar en humanos.