Armados de linternas y brújulas, un grupo de investigadores, estudiantes y voluntarios se introduce de madrugada en la selva de la isla panameña de Barro Colorado con un peculiar objetivo. Esperan a que un coro de aullidos y gruñidos de monos aulladores (Alouatta palliata) reciba la salida del sol. Grabando la hora y dirección de estos sonidos pueden calcular, gracias a una técnica llamada triangulación, el número de grupo de monos que hay en la lista, y así, elaborar el quinto censo de esta especie en la isla.
El censo, coordinado por la profesora de la Universidad de California, Berkeley, Katie Milton, en la estación de investigación del Museo Smithsonian, ha revelado que la cantidad de monos no ha cambiado de forma significativa desde el primer censo, realizado hace 33 años. Milton, que organizó el primer recuento de monos en la isla en 1977, señala que no parece que los monos hayan sufrido importantes enfermedades o problemas de magnitud durante las últimas tres décadas.