La trayectoria de Landsat-5, un satélite con 3,6 metros de diámetro situado a 537 kilómetros de altitud, la partida del pequeño carguero Cygnus desde la Estación Espacial Internacional, los movimientos de los satélites GOCE y Swarm de la ESA, así como trozos de vehículos de lanzamiento y otros fragmentos de aproximadamente un metro.
Estos son los primeros objetos que ha detectado el radar experimental que la ESA tiene en Santorcaz (Madrid). La nueva instalación está equipada con tecnologías que permiten detectar fragmentos de basura espacial en órbita baja, lo que ayudará a avanzar en el desarrollo de un sistema radar completo y la emisión de alertas de colisión para los satélites.
El radar se encuentra en un área restringida, y todas las actividades de prueba y validación se están llevando a cabo bajo una política de datos de la ESA: las instrucciones de seguridad del Programa para el Conocimiento del Medio Espacial (SSA), desarrolladas específicamente para esta instalación.