Los microorganismos que viven en las algas marinas -como el nori que se usa para envolver el sushi- aportan genes específicos a la microbiota intestinal de los consumidores japoneses. Así lo indica un nuevo estudio publicado esta semana en la revista Nature y que muestra cómo las diferencias culturales en la dieta pueden dictar lo que las bacterias intestinales son capaces de digerir. El equipo de investigación dirigido por Mirjam Czjzek, científica de la Estación Biológica de Roscoff (Francia), caracterizó las enzimas para la digestión de carbohidratos de una bacteria marina que se alimenta de una especie de alga roja. Al comparar los datos del metagenoma del intestino de 13 voluntarios japoneses y 18 de Norteamérica, los investigadores observaron que los genes que codifican estas enzimas se transfirieron a las bacterias intestinales de los japoneses, pero no a las de los individuos norteamericanos.