Un equipo internacional de científicos describe esta semana en la revista Nature los restos fósiles de las pulgas más antiguas descubiertas hasta ahora. Vivieron hace entre unos 170 y 120 millones de años, no tenían alas y eran más grandes que las actuales. Las hembras medían entre 1,4 y 2,06 centímetros mientras que los machos entre 0,8 y 1,47 centímetros.
Según los nueve especímenes descubiertos en China, las pulgas gigantes tenían rasgos característicos de estos insectos pero presentaban otros más primitivos: sus patas traseras no les permitían saltar. Gracias a su largo y aserrado sifón (más alargado en hembras que en machos) pudieron perforar las pieles de sus huéspedes que fueron reptiles peludos y con plumas antes de pasar a mamíferos y aves.