La máquina más compleja jamás construida acaba de arrancar cerca de Ginebra. Es el LHC, el Gran Colisionador de Hadrones. Entre la aportación española, investigadores de la Universidad de Oviedo y empresas asturianas han invertido largas horas de trabajo en este flamante equipamiento del CERN (Laboratorio Europeo de Física de Partículas). Junto a ellos, diez mil investigadores de todo el mundo dirigen ahora su atención hacia el acelerador de partículas que permitirá observar la materia como nunca antes y que desvelará nuevas claves sobre el universo y sus fuerzas fundamentales.
Los miembros del Grupo de Física Experimental de Altas Energías de la Universidad de Oviedo que dirige Cuevas y que han contribuido a la puesta en marcha del LHC son: Isidro González, Lara Lloret, Bárbara Álvarez, Patricia Lobelle, Javier Fernández, Rebeca González y Jesús Manuel Vizan. Foto: FICYT.