Científicos españoles han estudiado las interacciones de la tortuga boba (Caretta caretta) con las artes de pesca como el palangre en superficie, los varamientos masivos y los efectos del cambio climático en estos animales. Para reducir la captura de esta especie marina y no generar pérdidas económicas a los pescadores, proponen que a más de 35 millas náuticas sólo se pesque de noche durante los meses de verano.