La historia de la Tierra ha estado marcada desde su origen por la unión y formación de supercontinentes y por la rápida separación de estos, hasta hoy difícil de explicar. Un equipo internacional revela ahora cuáles son los mecanismos de esta ruptura continental.
Gracias al análisis de miles de datos sísmicos y simulaciones por ordenador, el grupo de investigación Australia’s EarthByte ha descubierto un proceso de separación en dos fases: primero, los continentes se mueven y luego, gradualmente, después de muchos millones de años de tensos e incesantes tirones en la corteza terrestre, se tambalean y comienzan a separarse rápidamente formando un océano entre ellos.
“Es como si separáramos masa de harina. Al principio requiere esfuerzo porque resiste y se estira lentamente. Pero llega un momento en el que es lo suficientemente fina para separarse de forma fácil y rápida. El mismo principio se aplica a los continentes”, dice Dietmar Müller, científico en la Universidad de Sydney y coautor del estudio publicado en Nature.
Según los expertos, este proceso conduce a la segmentación de los márgenes, donde un hundimiento rápido, un flujo de calor de alto y una mayor actividad volcánica caracterizan el margen exterior. El resultado es una ruptura completa de los márgenes que envía los bordes exteriores de los continentes bajo el mar.