Representa, con su circuito superheterodino, la máxima evolución de los receptores con válvulas. Su complejo funcionamiento permite una selección de frecuencia más ajustada. La forma de esta radio –su diseño en forma de capilla típico de los años 1930–, se debe a la unión en un solo elemento de la radio y del altavoz. La parte frontal está realizada en baquelita -primer plástico totalmente sintético de la historia-, que a diferencia de la madera, permitía su fabricación en serie y su producción a gran escala a bajo coste, ya que requería una cantidad menor de mano de obra que las realizadas manualmente por los ebanistas.