El 28 de febrero de 1953 James Watson y Francis Crick anunciaron que habían determinado la estructura química del ADN. El hallazgo, que se publicó en abril de ese año en la revista Nature y que motivó que en 1962 estos dos científicos obtuvieran el Nobel de Medicina, no hubiera sido posible sin el trabajo de Rosalind Franklin. Esta investigadora consiguió una imagen del ADN mediante difracción de rayos X que sirvió como fundamento para la hipótesis de la estructura doble helicoidal del ADN.