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El año 2000 no trajo el cielo prometido ni el infierno tan temido. No ingresamos en una Edad de Oro ni se produjo el fin del mundo, pues la realidad, con su complejidad y sus claroscuros, no encajó en ese esquema bipolar. No es que faltasen novedades, pero la mayoría han sido eso: novedades imprevistas. Publicamos un extracto de Historia del futuro, un libro en el que el sociólogo Pablo Francescutti recorre las especulaciones del pasado sobre lo que vendrá.
Un grupo de investigación español ha constatado el importante rol del solsticio de invierno en la orientación de diferentes elementos de las ciudades romanas, particularmente en la época de Augusto. El emperador concibió su gobierno como una auténtica refundación de la ciudad de Roma, promoviendo su identificación con el dios Apolo y la orientación hacia el solsticio de invierno de edificios emblemáticos y ciudades.
En enero, el Parlament decidió reivindicar a las mujeres ejecutadas por brujería en los albores de la modernidad, cuando el Viejo Continente sucumbió a la creencia en una conjura satánica. ¿Cómo pudo suceder? Interpretaciones feministas, sociológicas, religiosas y antropológicas tratan de entender aquel frenesí de persecuciones.
En la historia de la ciencia española hay un capítulo pendiente: recuperar a las mujeres que participaron en el desarrollo científico del país, y a las que, debido a la Guerra Civil, acabaron en el extranjero. De esto se ocupa el libro de Next Door Tras las huellas de científicas españolas del XX.
“Exigimos la paz para nuestros países. ¡Hagamos ciencia, no la guerra!”. Así concluye la carta abierta antibélica impulsada por el científico ruso Mikhail Gelfand a la que se han sumado cientos de firmas.
La antigua biblioteca de la Universidad de Salamanca tuvo un mural, del que solo se conserva un tercio, donde se representaba la bóveda celeste en algún momento del siglo XV. Ahora, investigadores de la Universidad Complutense han comprobado que la triple conjunción de Venus, Marte y Saturno que aparecería en el signo de Cáncer fue visible en la capital salmantina del 13 al 15 de agosto de 1475.
Mil años antes de que naciera Pitágoras, en la Antigua Babilonia ya se trazaban triángulos y ternas pitagóricas para delimitar las tierras. Así lo confirma una pieza de arcilla de hace 3.700 años redescubierta en un museo de Estambul (Turquía) por un matemático australiano.
Hace un siglo apareció el nombre de una desconocida astrónoma andalusí en la enciclopedia Espasa Calpe. Hoy su leyenda se extiende por internet, pero historiadores y arabistas insisten en que es una pura invención. No se ha encontrado ni un solo documento antiguo que acredite su existencia, aunque algunas pistas conducen a la Real Biblioteca de El Escorial.
Parecían un montón de piedras más en el castro de Ulaca (Ávila) pero en los últimos años, con técnicas geofísicas y de fotogrametría aérea, investigadores de las universidades Politécnica y Complutense de Madrid han descubierto que posiblemente sean los restos de una antigua atalaya. Desde ella se pudo controlar este gran poblado vetón, aunque la localización privilegiada del edificio y su proximidad a manantiales también hace pensar en una función política y religiosa.
Muchas de las hojas de plomo con textos ibéricos proceden de expolios, pero investigadores de las universidades de Valencia y Barcelona han examinado una localizada en la excavación reglada del Pico de los Ajos (Yátova). Aunque la lengua íbera sigue sin poder traducirse, en este caso se ha podido identificar con bastante seguridad el nombre del autor del escrito o quien lo encargó: Tořaibeleś.