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Científicos de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) y del Instituto de Investigaciones Marinas del CSIC han analizado 41 productos comerciales que incluyen gambas o langostinos, y los resultados revelan que el 24,4% de las etiquetas indican erróneamente el nombre de la especie, y en un 39% la información es incompleta. Los investigadores han patentado un método molecular que permite distinguir las especies de este tipo de mariscos por su ADN mitocondrial.
En la imagen, se puede ver cómo las especies mediterráneas (Boj y Encina) se mantienen igual cinco años después de la ola de calor pero la atlántica (gayuba) ha sido incapaz de recuperarse y ha desaparecido.
Un estudio, dirigido por el investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Fernando Díaz, ha diseñado un método para reducir la efectividad de los mecanismos de destoxificación de la célula, el proceso por el que las células expulsan sustancias y la causa más predominante de resistencias en el organismo frente a tratamientos con quimioterapia.
La salud de las mujeres y los hospitales de EEUU
El primer Informe anual "La Sociedad en Red" del Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información (ONTSI) de Red.es, entidad del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, señala que 22 millones de ciudadanos españoles de 10 y más años han utilizado internet en alguna ocasión, según ha hecho público hoy Daniel Torres, director del ONTSI.
Científicos de la Universidad de Alcalá (UAH) concluyen que el cobre podría actuar como un parámetro más a la hora de diagnosticar y paliar los efectos negativos de la diabetes y otras patologías del síndrome metabólico.
La ola de extremo calor que asoló los territorios de Europa occidental en el verano de 2003 fue signo científico evidente del cambio que está sufriendo el clima. Ahora, investigadores de la Universidad del País Vasco han estudiado las respuestas a la canícula de los árboles y arbustos mediterráneos y atlánticos de la Península Ibérica para concluir que los segundos son los que sufrirán más con el aumento de las temperaturas.
Eclipse de sol del 3 de octubre de 2005, desde Madrid
El mayor poder puede encerrarse en las cantidades más pequeñas. De la misma forma en que pequeñísimas concentraciones de una sustancia pueden acabar con la vida de una persona, hay otras que son imprescindibles para mantener la salud y curar numerosas enfermedades: son los elementos traza. Y las técnicas “detectivescas” que ha trabajado el grupo de Espectrometría Analítica y de Masas de la Universidad de Oviedo para rastrear estos esquivos elementos también les permite contribuir al desarrollo de nuevos tratamientos contra varias enfermedades, entre ellas la diabetes.
Durante este fin de semana y con motivo de la implantación el próximo curso de laasignatura“Ciencias para el mundo contemporáneo” (CCMC), la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) y el Instituto Superior de Formación del Profesorado (ISFP) han celebrado unas jornadas en torno a esta materia. En el transcurso de las mismas, hemos tenido la ocasión de charlar acerca de la experiencia británica con Andrew Hunt, uno de sus principales impulsores en el Reino Unido, codirector del proyecto “Ciencias del siglo XXI” y autor de numerosos libros de texto.