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Investigadores del Institut de Recerca del Hospital de Vall de Hebrón y de la Universitat Autònoma de Barcelona han descrito por primera vez una nueva función de una proteína (FLIP-L), clave para el desarrollo del sistema nervioso.
En el mundo hay unos 150 millones de personas que padecen diabetes. Y las cifras van en aumento, según la OMS, que asegura unas previsiones desoladoras para 2025: un total de 380 millones de personas afectadas. Estamos ante una enfermedad de la opulencia característica de los países desarrollados. Así lo explica Jorge Solano, Jefe de Servicio de la Unidad de Cirugía Laparoscópica Avanzada del Hospital Quirón de Zaragoza, que saltó a los medios de comunicación el pasado 16 de febrero por haber realizado la primera intervención por laparoscopia a un paciente afectado por diabetes de tipo 2, que afecta al 90% de la gente diabética.
El Grupo de Neurobiología Molecular y Celular de la Enfermedad de Parkinson de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) está desarrollando varias líneas de investigación para tratar esta dolencia. Uno de sus proyectos se centra en la identificación de los mecanismos implicados en la progresión de la degeneración neuronal, causante de enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson o el Alzheimer. Ahora tratan de descubrir si la angiotensina influye en la destrucción de las neuronas.
El Centro de Tecnología Biomédica de la Universidad Politécnica de Madrid cuenta con uno de los tres equipos de magnetoencefalografía (técnica de neuroimagen que mide la actividad cerebral) que hay en España. Fernando Maestú Unturbe, uno de los expertos que lo maneja, ha visitado hoy el Instituto de Neurociencias de Castilla y León (Incyl) para establecer colaboraciones con los científicos de Salamanca y avanzar en el diagnóstico de las enfermedades neurodegenerativas.
La FGF21, una hormona que reduce los niveles de glucosa, es también un activador del metabolismo del tejido adiposo marrón, según una investigación dirigida por Francesc Villarroya, del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular en la Universidad de Barcelona (UB), del Instituto de Biomedicina de la UB y del CIBER Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición. El trabajo es portada de la revista Cell Metabolism.
Una investigación realizada en la Universidad de Granada revela el peso que tienen las emociones en el juicio clínico de los profesionales a la hora de dar un diagnóstico de enfermedad Terminal. Para llevar a cabo este trabajo, plantearon un estudio cualitativo sobre una muestra de 42 entrevistas en profundidad para conocer la perspectiva y el discurso de los profesionales implicados en la atención a las personas con enfermedades terminales.
Investigadores de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y de la Universidad de Estocolmo han modelado por computador la pérdida de estructura funcional de la proteína apoE4 cuando entra en contacto con la molécula beta amiloide, principal causante de la enfermedad de Alzheimer. El estudio, publicado en "PLoS Computational Biology", reafirma evidencias experimentales que vinculan la apoE4 con esta patología y abre nuevos campos a explorar para entenderla y combatirla.
El uso prolongado de suplementos dietéticos para adelgazar enriquecidos con isómeros naturales de ácidos linoleicos conjugados (CLA) trans (modificados genéticamente) podrían ocasionar "graves daños hepáticos", según el último estudio de un equipo del Centro de Investigación Cardiovascular del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y del Instituto Catalán de Ciencias Cardiovasculares.
Investigadores del Centro de Biología Molecular “Severo Ochoa” (CSIC-UAM) han identificado una mutación frecuente y han detectado un aumento del estrés oxidativo en pacientes con aciduria metilmalónica. Estos hallazgos proporcionan nuevas aproximaciones en el diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad.
La visfatina es una proteína que se produce en el tejido adiposo, especialmente en los pacientes obesos y diabéticos. Investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid, en colaboración con el Hospital de la Princesa y el Hospital de Getafe, han demostrado que esta proteína, que puede pasar del tejido graso a la circulación, es capaz de inflamar los vasos sanguíneos, favoreciendo la aparición de complicaciones cardiovasculares asociadas a enfermedades metabólicas como la obesidad o la diabetes.