Llegan las navidades y con ellas el eterno dilema. ¿Qué regalar? Entre los obsequios más recurrentes se encuentran los libros, pero algunos volúmenes pueden ofrecer algo más que texto. Ciencia, cultura y arte se unen en esta recopilación de libros que proponemos donde la imagen, a través de la ilustración, es tan importante como la palabra para ayudarte a elegir el regalo navideño perfecto.
Dicen que una imagen vale más que mil palabras, una afirmación poética con la que muchos amantes de las letras no estarán nada de acuerdo. Pero lo cierto es que, si hablamos de divulgación científica, la imagen siempre ha ayudado a representar muchas materias.
Los recursos visuales son elementos importantes para comprender lo que se nos cuenta, para abordar los trabajos científicos desde otra perspectiva o para admirar las maravillas de la naturaleza que la ciencia trata de explicar. Ahora que llegan las fechas navideñas, una buena opción es regalar cultura, libros y, por qué no, ciencia. En este caso, ciencia ilustrada, es decir ciencia en imágenes.
Combinando biología, botánica e incluso cartografía, esta selección de obras demuestra que la palabra no está reñida ni mucho menos con la imagen.
Desde el comienzo de la divulgación científica, la ilustración ha sido una compañera imprescindible para mostrarle a la gente aquello que no tenía la oportunidad de conocer con sus propios ojos, y lo que los científicos solo podían describir con palabras.
Plantas amenazadas, uno de los capítulos en "Botánica insólita" / Yolanda González
“La labor principal del ilustrador científico es promover el amor por la ciencia, incentivar el conocimiento, mostrar y explicar a través de imágenes atractivas y fidedignas lo que un texto o un estudio necesita contar”, relata a Sinc Yolanda González, ilustradora de Botánica insólita, editada por Next-Door publishers.
Es precisamente ella quien traslada a imagen las palabras del doctor en Biología José Ramón Alonso, describiendo con sus trazos las anécdotas más llamativas del mundo botánico. Son historias que incluyen plantas donantes de sangre, eucaliptos buscadores de oro o plantas antiterroristas en un total de 36 temas muy dispares.
“Desarrollarlos y aunar estilo entre ellos ha sido un gran reto. Pensé que sería más complicado trabajar mano a mano con el equipo, pero resultó sencillo y eficaz. Embarcarnos juntos en esta aventura ha sido un regalo", dice González sobre su primera incursión en el mundo editorial.
Continuamos con Biología y lo hacemos con una de las obras más importantes en la historia de la ciencia: El origen de las especies por medio de la selección natural. En la época en la que se publicó, a mediados del siglo XIX en plena época victoriana, las ideas que trasladaba el texto fueron muy polémicas. Parte de ese trabajo se presenta ahora en un solo tomo e incluyen los capítulos dedicados a la selección natural.
Publicada por Nórdica Libros, esta edición del clásico de Charles Darwin viene acompañada de unas ilustraciones a caballo entre lo onírico y la fábula, salidas de la imaginación y los lápices de Ester García que reinterpreta la obra que lo cambió todo en la historia de la evolución biológica.
“Se trata de una visión personal sobre los extractos de Darwin y de su relación con la época en la que se gestaron. Este es el significado de la evolución para mí”, cuenta a Sinc García.
"La selección natural" / Ester García
Aunque no es la primera vez que se ilustra esta obra, en esta ocasión se ha hecho de una forma original, huyendo de los convencionalismos tradicionales de la ilustración científica. En esta edición, animales antropomórficos y maravillas botánicas van de la mano e interpretan las palabras del naturalista británico en su contexto histórico social. El estilo característico del trabajo de la ilustradora consigue que una obra tan clásica como la de Darwin se vea con otros ojos.
“La idea surge a partir de la necesidad de introducir la época victoriana como una pieza importante dentro del hilo conductor del libro. Era una sociedad clásica, religiosa y de moral rígida, por eso varios de los animales que aparecen en las ilustraciones se presentan inmersos en esa época a través de la vestimenta”, detalla García.
Del estilo más artístico pasamos al diseño puro y duro con una cartografía más esquemática, como la que encontramos en cualquier plano de metro. “Las líneas de metro son a una ciudad lo que las venas o nervios a nuestro cuerpo. Y un buen diseño cartográfico es aquel que permite que la información viaje del modo más limpio y eficiente del ojo al cerebro”.
Esta comparación del diseñador Rafa Sañudo –autor del mapa esquemático del metro de Madrid en 2007– se encuentra en la introducción de Atlas de metros del mundo, de Mark Overden, una recopilación que incluye mapas de las lineas de suburbano en todo el globo.
El libro recoge un compendio exhaustivo de muestras cartográficas, tanto actuales como históricas, que muestra, en muchos casos, como han ido creciendo y evolucionando líneas tan importantes como las del metro de Londres o Barcelona.
Atlas de metros del mundo / Nórdica libros - Capitán Swing
En su interior encontramos desde diseños meramente esquemáticos, como el del metro de Moscú, curiosidades como los planos del tren elevado de Chicago o el monorraíl de Las Vegas. El lector podrá apreciar auténticas telas de araña, como el plano del metro de Tokio y viajar por la evolución del metro de Madrid desde su inauguración en 1919, incluyendo el polémico plano del ya citado Sañudo.
Se trata de una reedición –se publicó originalmente en 2003– que ve la luz en nuestro país de mano de Nórdica Libros y Capitán Swing. Es la obra idónea para amantes de los viajes, de los mapas, del diseño o todo a la vez.
Y no nos podemos olvidar de los más pequeños de la casa. En la divulgación científica para niños la palabra y la imagen se dan la mano para responder a la curiosidad infantil. Es aquí donde se acercan al conocimiento científico sin complejos y destierran el tópico de que la ciencia es aburrida.
En esta propuesta, destinada a los niños de más de seis años, también se verán atraídos los mayores y servirá de guía para todos para realizar los experimentos. Este libro cree que eres científico no es para consultar, leer y conservar con cuidado.
El libro simula ser el típico cuaderno de laboratorio, donde el científico va tomando sus notas, y las ilustraciones de Harriet Russell dan las instrucciones necesarias para saber qué es lo que tenemos que hacer en cada momento. No se trata únicamente de un listado de experimentos para hacer tranquilamente en la "mesa de laboratorio"; sino que es un libro para tocar, pintar, romper, rasgar, saltar con él, o correr con él.
Haz tu propio planetario casero con las páginas del libro / Harriet Russell
En definitiva es una obra para experimentar con todo, incluso con uno mismo y vivir la ciencia de primera mano. Los pequeños científicos se familiarizarán con conceptos como la luz, el sonido, la materia e incluso la gravedad de forma creativa.
Realizar un planetario de papel, recortando las páginas del propio libro; comprobar con elementos cotidianos los efectos de la electricidad estática; conocer los principios del magnetismo con un imán, un tazón de leche y un copo de cereal; o experimentar con la gravedad a base de saltos y caídas (sobre superficies blandas) son algunos de los 28 experimentos que podemos encontrar en este libro editado por Librooks.
La publicación es responsabilidad del Museo de la Ciencia de Londres y las pruebas que propone se basan en las que se pueden encuentran en la Wonderlab, la galería interactiva del museo. La diferencia es que estos pueden realizarse en casa sin problema con elementos cotidianos y fáciles de encontrar. Si este regalo termina roto, manoseado y pintarrajeado, es buena señal.
Hace 50 años, las DANA, que entonces se llamaban gotas frías, ocurrían entre tres y cuatro veces al año, esencialmente en noviembre. Hoy ocurren a lo largo de todo el año. ¿Por qué?
Un equipo internacional con participación del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas ha descubierto en el microbioma humano una entidad biológica desconocida a la que han llamado ‘Obelisco’. Se trata de un nuevo tipo de agentes infecciosos más simples que los virus. Se hallan en bacterias de nuestro cuerpo y sus implicaciones para nuestra salud son aún desconocidas.
