El profesor Kes, de la Universidad de Leiden, ha ofrecido una conferencia sobre el descubrimiento de la superconductividad dentro de los actos organizados por la Facultad de Ciencias de la Universidad de Zaragoza, el departamento de Física de la Materia Condensada y el Instituto de Ciencia de Materiales de Aragón, para conmemorar el centenario de este acontecimiento.
En 2011 se cumplieron cien años desde que Heike Kamerlingh Onnes, observara por primera vez, como la resistencia eléctrica del mercurio desaparecía cuando este material era enfriado por debajo de una cierta temperatura, descubriéndose así la superconductividad. El tiempo ha confirmado la importancia de este hecho, que ha dado pie a importantes aplicaciones en el campo de la energía, la medicina y el transporte.
Por esta razón la Facultad de Ciencias de la Universidad de Zaragoza, el Departamento de Física de la Materia Condensada y el Instituto de Ciencia de Materiales de Aragón (ICMA), centro mixto del CSIC y de la Universidad de Zaragoza, han organizado una serie de actividades, que se han inaugurado con la conferencia “Descubrimiento y primeros días de la superconductividad”, realizada por el profesor Peter Kes, de la universidad de Leiden.
Esta conferencia se ha elaborado a partir de la información que ha obtenido el profesor Peter Kes al consultar los cuadernos de laboratorio del propio Kamerlingh Onnes, en el Museo Boerhaave en Leiden (Países Bajos). Según sus propias palabras, descifrar estos cuadernos ha supuesto bastante trabajo, ya que “aunque en un principio las notas estaban claras, una vez comienzan con las medidas las notas se vuelven más desordenadas”.
Durante la conferencia, ofrecida el 23 de febrero en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Zaragoza, Peter Kes expuso las diferentes etapas que Kamerlingh Onnes tuvo que superar hasta descubrir la superconductividad. Hasta el momento, todos los materiales que se han descubierto que presentan esta propiedad, necesitan ser enfriados a muy bajas temperaturas.
Por este motivo, no es casualidad que la superconductividad se descubriera en este laboratorio, ya que tres años antes Kamerlingh Onnes había logrado licuar el helio y alcanzar temperaturas cercanas a -270ºC. Toda esta aventura científica no estuvo exenta de dificultades, ya que en aquel entonces, por ejemplo, no se disponía ni de una instalación de corriente eléctrica y tenía que generar su propia electricidad.
El profesor Kes, además de detallar las dificultadas a las que tuvo que hacer frente Kamerlingh Onnes, también destacó el ingenio y capacidad que demostraron tanto él como su equipo para realizar los montajes experimentales y también para financiarse, porque “financiarse era tan difícil entonces, como ahora”.
A pesar de que se le concedió el Premio Nobel de Física en 1913, por sus investigaciones a bajas temperaturas que permitieron la producción del helio líquido, Kamerlingh Onnes ya era consciente en aquel momento, según afirmó el profesor Kes, de la importancia de la superconductividad. Cien años después, aplicaciones como los equipos de resonancia magnética, los trenes maglev, los aceleradores de partículas o los detectores SQUID, le han dado la razón.