El diente de Adán

Uno de los momentos más discutidos y borrosos de la Historia es el tiempo en que nos convertimos en la única especie humana sobre la tierra. ¿Neandertales y el hombre moderno lucharon entre sí ferozmente, o la convivencia entre ambos fue pacífica? Uno de los raros yacimientos europeos de esta época en los que el hilo del tiempo ha quedado impreso sin interrupciones es la cueva de La Güelga, cerca de Cangas de Onís, que conserva los restos de los últimos neandertales hallados en Asturias.

Trabajos en la Cueva de La Güelga, en Onís.
Trabajos en la Cueva de La Güelga, en Onís.

Frente a la escasez de evidencias científicas relativas a esta etapa, el yacimiento de La Güelga guarda restos que pueden contribuir a explicar cómo fue el proceso de extinción neandertal en Europa. De hecho, la presencia en la misma cueva de restos neandertales y de hombres modernos plantea la posibilidad de que ambos grupos se alternasen en su uso. Y la cercanía del yacimiento de El Sidrón en Piloña, “algo nunca visto hasta ahora y equivalente a Atapuerca para los neandertales” permitiría estudiar las relaciones de parentesco entre ambas poblaciones en caso de encontrar ADN en La Güelga, afirma Mario Menéndez, director de la UNED en Asturias y coordinador del equipo científico que trabaja en este yacimiento.

Mientras El Sidrón reúne una extraordinaria riqueza en cuerpos neandertales y ha desvelado dos importantes genes de esa especie, La Güelga presenta la otra cara de la moneda: las huellas que dejaron en su día a día los últimos pobladores originarios de Europa que se encontraron en Asturias: restos de utensilios, de herramientas, de caza...

El interés científico de estos yacimientos es especialmente elevado porque “aún se sabe muy poco acerca del final del mundo neandertal y el asentamiento en Europa del hombre moderno desde África, un proceso que duró 10.000 años y que culminó hace 30.000, cuando los últimos neandertales se extinguieron”, explica Mario Menéndez.

Nuevos restos humanos
Una nueva esperanza para el estudio de las relaciones de parentesco entre grupos neandertales, hasta ahora sin precedentes en el mundo, es la reciente aparición de un premolar en el yacimiento de La Güelga. “Si el ADN se ha conservado, podríamos extraerlo de la dentina, la parte interior del premolar. Eso supondría poner imágenes a una relación de hace 30.000 años entre los grupos de una rama de la humanidad alternativa a la nuestra”, resume el coordinador de las excavaciones.

Por el momento, el diente está siendo sometido al estudio morfológico previo a la posible extracción de ADN. Esta primera fase arrojará información sobre las enfermedades que tuvieron los miembros del grupo, el tipo de alimentación que seguían, y sobre la edad y el desarrollo del individuo: según Mario Menéndez, “sabremos si pasaban hambre o no”.

Dos cuevas, un territorio
Los pobladores de la cueva de La Güelga y los restos humanos neandertales hallados en El Sidrón se corresponden con una unidad territorial. “No sabemos exactamente cómo era el sentido de territorialidad de estos grupos, pero las redes económicas de la época, es decir: los diversos territorios de caza de un grupo, se corresponden con las cuencas fluviales. Y El Sidrón y La Güelga y pertenecen a la misma cuenca, la del Sella”, explica este investigador.

Para profundizar en la extinción de la rama de la humanidad que ocupó durante más de 100.000 años Europa y el Próximo Oriente, estará abierta hasta noviembre la exposición “Los últimos neandertales de Asturias” en el Museo de la Campa Torres de Gijón. La muestra explica los trabajos que se están llevando a cabo en El Sidrón y La Güelga.

“Los neandertales eran seres sensibles que conocían la solidaridad, cuidaban a sus enfermos y enterraban a sus muertos con flores y ajuares. Pero, aunque tenemos pruebas de todo esto, el pensamiento no fosiliza, y no es fácil extraer conclusiones de un conjunto de piedras”, señala Mario Menéndez. Por eso, tras las excavaciones que ha financiado el Plan de Ciencia del Principado de Asturias (PCTI) a través de la FICYT, ahora se abre la fase de análisis y reflexión científica: La Güelga se aclara la voz para comenzar un prometedor diálogo con El Sidrón.

Fuente: FICYT
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