¿Fue el coronavirus la única razón de la suspensión del Mobile de Barcelona?

Hoy tendría que haberse inaugurado el Mobile World Congress de Barcelona, cancelado después de que decenas de compañías se retirasen por temor acoronavirus. Sin embargo, el evento de telefonía móvil ISE 2020 se ha celebrado en Amsterdam hace unos días sin problemas. Detrás de estas decisiones pudo haber algo más que el miedo.

¿Fue el coronavirus la única razón de la suspensión del Mobile de Barcelona?
Pabellón del grafeno en el Mobile de 2019. / MWC Barcelona

¿Alguien puede ofrecer argumentos sólidos de que el nuevo coronavirus que se está expandiendo por China y otros lugares tenía mayores oportunidades de propagación en el Mobile World Congress de Barcelona que las que ha tenido en el ISE 2020, celebrado en Amsterdam hace unos días?

El miedo es una emoción básica del ser humano que ha tenido un papel clave en la supervivencia de nuestra especie. Cuando el miedo alerta de que algo malo puede suceder, lo lógico es evitar la situación peligrosa. Ahí todos estamos de acuerdo. Lo malo es cuando interpretamos como una amenaza situaciones que quizás no lo sean tanto y, en base a ese potencial peligro, renunciamos a acciones que podrían ser beneficiosas.

El principal problema del miedo es que se contagia y amplifica con la misma facilidad que los virus

El principal problema del miedo es que se contagia y amplifica con la misma facilidad que los virus. Además, al igual que los virus sufren cambios debido a las mutaciones que ocurren en sus genomas, en el caso del miedo, la información también se distorsiona, como consecuencia de los bulos, los rumores y las exageraciones a las que todos somos tan propensos. Y de virus –reales– y de miedos –fundamentados o no– es de lo que vamos a tratar en este artículo.

A estas alturas es casi imposible encontrar alguna persona que no haya oído hablar del nuevo coronavirus (SARS-CoV-2 o 2019-nCoV, si nos referimos al virus, y Covid-19, si nos referimos a la enfermedad) que se está expandiendo de forma alarmante por ciertas regiones de China y, más puntualmente, por otros países del mundo.

Según fuentes de la Organización Mundial de la Salud, el número de personas que se han visto afectadas por este virus es de casi 80.000. De ellas, 1.969 son casos que se han identificado fuera de China, incluyendo los 634 del crucero Diamond Princess y las alarmantes nuevas infecciones que han ocurrido a lo largo de este fin de semana en Italia Corea del Sur. El número de fallecimientos totales ronda los 2.500 (25 fuera de China) y más de 23.400 personas se han recobrado totalmente.

Si comparamos estos datos con los proporcionados por el Centro Nacional de Epidemiología sobre la última campaña de la gripe en España (2018-2019), encontramos que esta enfermedad causó 525.300 casos (de los que 35.300 requirieron hospitalización) con 6.300 muertes. Es decir, solo la gripe en nuestro país, el año pasado, causó muchos más casos y muchas más muertes que Covid-19 en todo el mundo.

De hecho, el número de infecciones confirmadas por este nuevo coronavirus en España ha sido solamente de dos, y en ningún caso tuvieron lugar en nuestro país. Es lo que se denomina “casos importados”, infecciones que se adquieren al viajar y que no se han resuelto cuando el viajero retorna a su lugar de origen.

¿Era necesario tomar medidas con un coste económico tan fuerte como la suspensión del Mobile?

Actualmente España puede declararse un país libre de coronavirus, en el que en ningún momento se ha dado la transmisión del virus entre personas. Examinando toda esta información cabe preguntarse hasta qué punto está justificada la enorme preocupación que está suscitando este virus y, sobre todo, hasta qué punto era necesario tomar medidas con un coste económico tan fuerte, como la suspensión del Mobile, para limitar la expansión de “algo” que actualmente ni siquiera existe dentro de nuestras fronteras.

No cabe duda de que cualquier virus nuevo causa una gran alarma social. En el imaginario colectivo están bien instaladas imágenes de películas en las que algún virus desconocido ha estado a punto de acabar con la humanidad. Pero no hace falta recurrir a la imaginación: la llamada gripe española causó del orden de 50 millones de muertos, la viruela, a lo largo de su historia, unos 300 millones y la pandemia de SIDA más de 39 millones.

Los virus respiratorios, como el nuevo coronavirus, causan aún más alarma debido a la facilidad de su transmisión. Este virus, además, posee un genoma formado por ARN (en lugar de por ADN como sucede en nuestras células), lo cual supone una elevada capacidad de mutación y, por tanto, mayores probabilidades de adaptarse a nuestra especie. Otros motivos adicionales de preocupación son la posibilidad de contagio a partir de individuos portadores, que aún no han desarrollado síntomas de enfermedad o que no llegarán a desarrollarlos nunca.

Uno de los sistemas sanitarios mejores del mundo

Pero volvamos a nuestro país y al Mobile. ¿Estaba justificada su clausura en un país en el que, en la fecha en la que se tomó la decisión, no había ningún caso documentado de infección por coronavirus y que se precia de tener uno de los sistemas sanitarios mejores del mundo?

Es cierto que la celebración del congreso habría supuesto una concentración importante de personas, algunas procedentes de China, el principal foco del virus. Si alguna de esas personas estuviera infectada, ¿habría sido eso suficiente para que el virus se propagara hasta llegar a causar un brote epidémico? Expresado en términos más técnicos, ¿el Mobile reunía las condiciones para que el índice de contagios del virus, lo que en epidemiología se conoce como el factor R0, superara el valor de 1, es decir para que cada persona infectada contagiara en promedio a más de una?

Las medidas de control que se había previsto implantar no parece que fueran a favorecer esa situación: control de la temperatura corporal de los asistentes, prohibición de entrada a los ciudadanos chinos procedentes de Hubei –la provincia más afectada por el virus– requerimiento de no haber estado en China en los últimos 14 días, amplia distribución de higienizadores de manos… En principio, todas esas medidas, aun en caso de haberse producido alguna infección, deberían haber limitado el contagio de forma muy efectiva.

Tanto las autoridades sanitarias como el propio Gobierno español descartaron que hubiera razones de salud para suspender el congreso

Entonces, ¿por qué se ha cancelado el congreso? ¿Por la creencia real de que se podría producir una escalada de infecciones? ¿O simplemente es que no compensaba celebrarlo después de que una treintena de compañías, entre ellas las empresas tecnológicas más importantes, hubieran comunicado que no asistirían? ¿Ha sido el miedo un buen consejero en este caso o ha bloqueado una importante oportunidad para nuestro país?

Las noticias que nos llegan de Italia, Corea del Sur o Irán parecen apoyar la no celebración del Mobile. Sin embargo, no debemos olvidar que hace diez días la situación en esos mismos países no parecía revestir la misma gravedad y que las precauciones que se habían dispuesto para la celebración del congreso habrían dificultado mucho que se llegara a una situación similar.

La semana pasada se celebró en Amsterdam el ISE 2020, el mayor congreso de integración audiovisual a nivel global. Aunque a este congreso han asistido unas 52.000 personas, aproximadamente la mitad que estaba previsto que acudieran al Mobile, la representación de empresas chinas ha sido mucho mayor (18% en el ISE frente al 5% esperado en el Mobile).

Además, se da la paradoja de que grandes empresas como Intel o Sony, que cancelaron su asistencia al Mobile, sí han asistido, sin embargo, al ISE 2020. Tanto las autoridades sanitarias, como el propio Gobierno español descartaron en su momento que hubiera razones de salud para haber suspendido el congreso. Entonces, ¿miedo, prudencia o dinero? Que cada cual saque su propia conclusión.

Ester Lázaro es doctora en Ciencias Biológicas, especializada en biología molecular y trabaja en Centro de Astrobiología (INTA-CSIC). En su investigación utiliza virus y organismos simples para identificar las bases moleculares de la adaptación biológica.

Sobre todo está interesada en saber por qué que algunas propiedades consideradas propias de los organismos complejos, como la cooperación o la división del trabajo, pueden también ser observadas en estas entidades tan simples.

Fuente:
CSIC
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