‘Alicia volátil’, poesía en tres dimensiones

Marta Macho Stadler (Bilbao, 1962) nos ‘regala’ un libro para leer y tocar, Alicia volátil, un poemario con instrucciones de uso donde las matemáticas se fusionan con todas las alicias del famoso cuento de Lewis Carroll.

Marta Macho ojea Alicia volátil. Imagen: SINC
Marta Macho ojea Alicia volátil. Imagen: SINC

La poesía y la matemática son los dos polos extremos del lenguaje. Más allá de ellos no hay nada –el territorio de lo indecible; entre ellos, el territorio inmenso, pero finito, de la conversación. Octavio Paz, Corriente alterna.

He tomado prestada esta cita porque quiero comentar un singular poemario en el que la lógica –la matemática– está muy presente. Su autora es Sofia Rhei, una polifacética escritora que descubrí a través del libro Sextinas. Pasado y presente de una forma poética.

Entre toda su magnífica poesía, he elegido su delicada y vehemente Alicia volátil. Trata de la Alicia del famoso cuento de Lewis Carroll –pseudónimo del matemático, fotógrafo, escritor y diácono británico Charles Lutwidge Dodgson–, una verdadera joya de la literatura dominada por el juego de la lógica que Carroll regaló –ilustrado por él mismo– a la niña que le inspiró, Alice Liddell.

En Alicia volátil ha pasado el tiempo: Alice es ya una mujer y el reverendo Dodgson un hombre mayor. Intercambian una serie de cartas en las que recuerdan el pasado –ella reprocha, él ya no la reconoce– pero Dodgson desliza la última de ellas por detrás del azogue de un espejo en vez de enviarla.

Esta decisión desencadena la fusión de todas las alicias: la niña, la adolescente y la adulta entran en el país de las maravillas, saltando de una edad a otra y revelando sus vivencias más íntimas:

¿Con qué extraña precisión pudiste cambiar mi rostro, mi sonrisa, mi mirada, lo que yo había sido?

[...] es tan extraño que sea historia antigua
lo que siempre estuvo del lado del futuro.
¿Con qué extraña precisión pudiste cambiar
mi rostro, mi sonrisa, mi mirada,
lo que yo había sido?
No solo imaginaste mi caída:
Me dejaste caer.

Prologada por la poeta Amalia Iglesias Serna y con ilustraciones de Sofía Rhei, Ignacio Vleming y Lewis Carroll, el poemario contiene entre sus páginas el material necesario para construir unas gafas anaglifo: basta con recortar la cartulina decorada incluida en el libro y pegar los trozos de celofán azul y rojo en el lugar correspondiente. ¡Y ya está todo dispuesto para empezar a leer!

Alicia Volátil se proclama en la contraportada como “poesía en tres dimensiones”, con minuciosas instrucciones de uso, tan frecuentes en la literatura oulipiana: 1: Abra el libro. Recorte y póngase las gafas. 2: Cierre uno de sus ojos. Lea un poema. 3: Cierre el ojo contrario. Vuelva a leer el mismo poema. 4: Abra los dos ojos. Lea el poema en su tercera dimensión.

Las ilustraciones y las palabras están tintadas en rojo y azul. Con las gafas 3D ya colocadas y siguiendo escrupulosamente las instrucciones de la contraportada: cerrando el ojo derecho (en mis gafas, corresponden al cristal azul) se ve sólo lo que está impreso en rojo y cerrando el ojo izquierdo se distingue únicamente lo marcado en azul. Además, abriendo los dos ojos aparecen texto e imágenes saliendo del plano de la hoja.

Sesenta y cuatro alicias componen este poemario, que van pasando por diferentes edades, facetas, deseos, desencantos, apetitos, matices, individualidades, sensaciones, alegrías, decepciones, pasiones, miedos... Al igual que en el libro de Carroll, Alicia sufre continuas metamorfosis, que en este caso simbolizan los cambios en su cuerpo y en su mente con el paso de los años. Las protagonistas son Alicia perpleja, Alicia rodante, Alicia Ícaro, Alicia Newton, Alicia Einstein, Alicia Múltiple, Alicia separada de sí misma, Alicia y las lágrimas, Alicia de diamantes, Alicia anciana, Alicia Hamlet, Alicia tira los dados para abolir el azar, Alicia retráctil, Alicia Moebius, Alicia de seda, Alicia Dédalo y Alicia Evanescente. De esta última he elegido el siguiente extracto:

Mi paso es tan lento como la embriaguez recreada en el sueño

Mi paso es tan lento como la embriaguez recreada en el sueño,
la tierra ya no tiembla.
El aire no dibuja filigranas de color y de fiebre.
Los juncos se deshacen
como si estuvieran hecho de nieve
los días felices del verano.

No sólo las palabras de Alicia volátil son intensas; el diseño del libro es un regalo: el color de las hojas varía del crema al azul o el rosa y sus letras e ilustraciones cambian del azul al rojo y del rojo al azul. Es un libro que hay leer pero también tocar.

Marta Macho Stadler (Bilbao, 1962) es profesora agregada de la Universidad del País Vasco-Euskal Herriko Unibertsitatea. Doctora en Matemáticas por la Universidad Claude Bernard de Lyon (Francia), trabaja en el área de Geometría y Topología (Teoría Geométrica de Foliaciones). Además, es responsable de la sección de "Teatro y Matemáticas" del Centro Virtual de divulgación DivulgaMAT.

Referencia bibliográfica:

Sofía Rhei: Alicia volátil, Cangrejo Pistolero Ediciones, 2010

Fuente: SINC
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