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Agencia Sinc
Ésta es la conclusión de la nueva directriz publicada en la revista ‘Heart’

Viajar en avión no supone ningún peligro grave para la salud cardiovascular

Un informe de la Sociedad Cardiaca Británica sobre la conveniencia de volar para pasajeros con enfermedad cardiovascular muestra que viajar en avión no supone ninguna "amenaza significativa" para la salud, aunque ciertas enfermedades probablemente supongan una excepción.

Viajar en avión no supone ningún peligro grave para la salud cardiovascular
Un informe de la Sociedad Cardiaca Británica afirma que incluso los pasajeros con trastornos cardiovasculares severos pueden volar en avión. Foto: riNux.

"Para aquellas personas con una enfermedad cardiovascular que no se encuentren en un estado de salud crítico y que deseen desplazarse en avión, no constituye un riesgo significativo para su salud", expone la directriz, elaborada por la Sociedad Cardiaca Británica. "Sólo deberían aplicarse restricciones razonables cuando el trastorno subyacente esté asociado a un riesgo notable de deterioro agudo".

La elaboración de este informe, publicado hoy en la revista Heart, fue provocada por la gran preocupación pública sobre el impacto de los viajes en avión en la salud y por un informe sobre el mismo tema del Comité de Ciencia y Tecnología de la Cámara de los Lores publicado en 2007, que solicitaba la evaluación adecuada de los riesgos para la salud a los que las personas con trastornos cardiovasculares podrían estar expuestos.

Ya existen varios conjuntos de directrices sobre este tema, pero las recomendaciones varían enormemente, sobre todo en lo que respecta al periodo de tiempo adecuado entre un incidente o una intervención médica y un vuelo. La nueva directriz se sirve de las evidencias publicadas y de la experiencia de un comité de expertos especialistas en cardiología, enfermedades respiratorias y aviación.

Impactos de viajar en avión

El principal impacto de los viajes aéreos es respirar aire con un contenido de oxígeno reducido, lo que se denomina hipoxia hipobárica. Los pasajeros que ya presenten un riesgo elevado de angina de pecho, ataque al corazón, insuficiencia cardiaca o arritmia pueden verse afectados negativamente por la hipoxia, pero "parece no tener ningún efecto circulatorio adverso, o bien éste es mínimo" y no en vuelos cortos o medios.

La directriz reconoce el potencial negativo del "estrés de aeropuerto", producido por las medidas de seguridad, la amenaza terrorista y el manejo del equipaje sobre la salud cardiovascular, aunque menciona que la mayoría de los aeropuertos disponen de "excelentes servicios" para asistir a las personas con problemas de salud o discapacidades.

“Incluso los pasajeros con trastornos cardiovasculares severos pueden volar, siempre que tomen su medicación, que no se esfuercen demasiado y que puedan acceder al oxígeno durante el vuelo y a la asistencia del aeropuerto”, añade el informe.

La directriz también confirma que llevar un marcapasos no prohíbe volar, y aunque en un vuelo de larga distancia se duplica el riesgo de trombosis venosa profunda (TVP), el riesgo es similar al que se experimenta en un viaje en coche, autobús o tren con una duración parecida.El riesgo absoluto de TVP para una persona en forma y sana es de uno entre 6.000 para un viaje de más de cuatro horas.

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Referencia bibliográfica:
David Smith, William Toff, Michael Joy, Nigel Dowdall, Raymond Johnston, Liz Clark, Simon Gibbs, Nick Boon, David Hackett, Chris Aps, Mark Anderson, John Cleland. “Fitness to fly for passengers with cardiovascular disease”. Heart 96:ii1eii16, 20 de Julio de 2010. DOI:10.1136/hrt.2010.203091.

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons
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